Penetronormatividad

IMG_20170414_205605

Me he encontrado con mucha gente que me pregunta qué significa este término e incluso ha llegado a buscarlo por Internet sin encontrar resultado (obviamente se debe a que no es un término que esté recogido por la lengua española o que se utilice en el lenguaje popular siquiera).

Antes de definirla sería conveniente contextualizarla: durante un curso universitario sobre las enfermedades de transmisión sexual (ETS) al que acudí se trataron diversos temas entre los que, por supuesto, abordamos el de las relaciones sexuales. Fue entonces cuando explicaron las prácticas más convenientes para evitar las infecciones de alguna ETS o, en su defecto, las que las evitaban con mayor probabilidad. Claro está, una cosa llevó a la otra y acabamos hablando de lo más placentero, cómodo, satisfactorio para ambas partes, etc. La psicóloga que impartía esta charla concreta del curso rápidamente se posicionó a favor de la experimentación de todas las posturas y prácticas, no solamente las clásicas, haciendo alusión a la penetración como lo que la sociedad entiende por común, necesario y suficiente para llegar al orgasmo, el culmen de una relación sexual.

Me sentí identificado con sus ánimos de hacer ver a los allí presentes que en el sexo hay una infinidad de prácticas y que cerrarse a una exclusiva o creer que solo hay una necesaria o suficiente para producirte satisfacción es un error.

¿Qué son los preliminares? ¿Por qué se llaman preliminares? ¿Es que en sí una práctica que no sea penetrar no puede ser tan satisfactoria o más aún que esta? Incluso llegamos a basar la virginidad de una persona en base a si ha sido penetrada o no. De aquí extraje el término ‘penetronormatividad’, cuyo significado creo que es bastante evidente.

En mi experiencia personal, he tenido problemas con la penetración por ciertos factores y motivos que me han hecho explorar otras facetas del infinito mundo sexual y, como hace poco leí en una publicación de sexología, el fracaso de la norma me hizo exitoso en lo diferente.

Tampoco quiero extenderme eternamente exponiendo mis argumentos y desviándome del tema principal, así que seré escueto: no tengáis miedo a la hora de explorar, no os sintáis fracasados si no cumplís con las expectativas, no os decepcionéis si no sentís esa satisfacción fijada y rígida impuesta por la sociedad. Son señales de que os tenéis que conocer más y, si lo hacéis, estaréis rompiendo un modelo sexual que os hará más felices.